Este 4 de octubre se cumplen 15 años de la partida de Mercedes Sosa, una de las voces más emblemáticas de la música popular argentina y latinoamericana. Conocida como “La Negra”, Sosa no solo dejó una huella imborrable con su arte, sino también con su lucha incansable por la justicia social y la defensa de los derechos humanos. Su legado sigue vivo, tanto en las canciones que interpretó como en los movimientos sociales que la adoptaron como símbolo de resistencia y esperanza.
Nacida en Tucumán en 1935, Sosa se convirtió en una figura clave del movimiento del Nuevo Cancionero, que promovía un enfoque más amplio de la música folclórica, integrando influencias de otros géneros y culturas. Durante las décadas de los 60 y 70, su carrera despegó, y canciones como “Alfonsina y el mar”, “Gracias a la vida” y “La Maza” la consagraron como la voz del pueblo latinoamericano. Su interpretación única, con una profunda carga emocional y un respeto absoluto por las raíces folclóricas, la hicieron un ícono no solo en Argentina, sino en toda la región.
Sin embargo, el contexto político y social que vivió Argentina en los años 70 marcó profundamente su vida. Durante la dictadura militar (1976-1983), Sosa fue perseguida y censurada por su postura crítica hacia el régimen. En 1979, fue arrestada durante un recital en La Plata, y poco después se vio obligada a exiliarse en Europa. Durante su exilio en París y Madrid, continuó su carrera musical, pero siempre añorando su regreso a la Argentina. En 1982, con el fin de la dictadura, pudo volver a su país, siendo recibida con ovaciones y un reconocimiento aún mayor.
Su retorno a los escenarios argentinos fue histórico. Mercedes Sosa no solo cantaba; era la voz de aquellos que no tenían voz. Sus conciertos eran espacios de reflexión y resistencia, donde su arte se entrelazaba con la lucha por la libertad, la igualdad y la dignidad. En cada presentación, su conexión con el público era palpable, y su mensaje de justicia resonaba más allá de las palabras.
A lo largo de su carrera, Sosa colaboró con artistas de todo el mundo, desde Joan Baez hasta Luciano Pavarotti. Su versatilidad le permitió interpretar no solo folclore, sino también tango, rock y música contemporánea, siempre manteniendo su compromiso con las causas sociales. En sus últimos años, a pesar de los problemas de salud que la aquejaban, continuó grabando discos y realizando giras, dejando un legado que trasciende generaciones.
La muerte de Mercedes Sosa en 2009 significó una pérdida irreparable para la cultura latinoamericana. Sin embargo, su voz sigue viva en cada canción, en cada rincón del continente donde su música ha inspirado luchas, alegrías y esperanzas. “La voz de los sin voz” fue despedida con honores, y sus restos descansan en el Cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires.
A 15 años de su partida, su figura sigue siendo recordada y homenajeada en festivales, homenajes y eventos culturales. Su música sigue sonando en cada rincón del continente, y su mensaje sigue tan vigente como cuando lo entonaba desde el escenario. Como dijo en una de sus entrevistas: “Uno no puede elegir dónde nacer, pero sí puede elegir para qué vivir”. Y Mercedes Sosa eligió vivir para su gente, para su música y para la justicia social.
La figura de Mercedes Sosa trasciende el tiempo. Su legado no solo reside en su música, sino también en el mensaje de esperanza y lucha que llevó a millones de personas. Sus canciones continúan siendo una bandera para quienes buscan una sociedad más justa y equitativa, y su influencia sigue siendo clave para las nuevas generaciones de artistas comprometidos con su realidad social.