Cada 2 de octubre se celebra en Argentina el Día del Trabajador de Edificios, una jornada dedicada a destacar el rol fundamental que cumplen los porteros y encargados de consorcios en la vida diaria de los edificios.
Estas personas son clave para garantizar el buen funcionamiento de los espacios compartidos, encargándose de tareas que van desde el mantenimiento general hasta la resolución de problemas cotidianos que afectan a los vecinos.
El origen de esta celebración se remonta a la creación del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH) en 1942. Desde entonces, el gremio ha luchado por los derechos laborales de quienes se desempeñan en esta actividad, logrando avances significativos en condiciones de trabajo, salarios y seguridad laboral. La jornada es una oportunidad para reflexionar sobre estos logros y continuar trabajando por mejoras.
Los trabajadores de edificios son el primer contacto de los vecinos ante emergencias o problemas cotidianos. Su trabajo no se limita solo a la limpieza y el mantenimiento, sino que incluye también el control de la seguridad, la coordinación de servicios de reparación, y muchas veces el rol de mediadores en conflictos vecinales. Su presencia es indispensable en el día a día, y su capacidad de resolver imprevistos contribuye enormemente a la calidad de vida en las comunidades.
A lo largo de los años, el gremio ha conseguido avances importantes en la profesionalización del sector. Hoy en día, los trabajadores de edificios pueden acceder a capacitaciones que les permiten mejorar sus habilidades y responder de manera más eficiente a las necesidades de los consorcios. Estas formaciones incluyen desde técnicas de mantenimiento, hasta el uso de tecnología para la gestión de los edificios.
Sin embargo, no todo son avances. Aún existen desafíos que estos trabajadores enfrentan, como la creciente demanda por parte de los consorcios de nuevas tareas sin una remuneración acorde. Además, en los últimos tiempos, la automatización y la tecnología han comenzado a reemplazar algunas de sus funciones, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro laboral de muchos de ellos.
El Día del Trabajador de Edificios es una oportunidad para valorar el esfuerzo diario de estos trabajadores, quienes muchas veces pasan desapercibidos, pero cuya labor es indispensable para el funcionamiento de la vida urbana. Celebrar este día es un recordatorio de la importancia de garantizarles condiciones dignas y un justo reconocimiento a su trabajo.