“En nuestra familia nunca nadie dudó de que haya sido un asesinato”, afirmaron Iara y Kala en una entrevista recordando el pasado 18 de enero de 2015.  

Iara, 25 años, y Kala, 18 años, hablaron por primera vez del fallecimiento de su padre, el fiscal Alberto Nisman, y la investigación sobre los motivos de su muerte, encontrado sin vida en las torres Le Parc de Puerto Madero el 18 de enero de 2015. Diego Leuco fue el encargado de entrevistarlas para Resumido, la sección de noticias del canal de streaming Luzu TV.  

Ambas creen que su padre fue víctima de un asesinato, aunque aseguran que no cuentan con la necesidad de conocer al responsable ya que (el) “dio su vida por algo que él creía justo y que creía importante y eso reconforta mucho”.

Recordaron que días antes de la tragedia se encontraban de viaje celebrando el cumpleaños 15 de Iara, paseo que se vio interrumpido debido a que Nisman debía volver de urgencia a Buenos Aires.  “Antes de irnos al próximo destino, él se larga a llorar y me dice que nos volvemos a Buenos Aires juntos porque tenía que presentar la denuncia. Dijo que se había adelantado el momento en el que lo tenía que hacer y me dio una serie de explicaciones, que la verdad es que no entendí mucho en ese momento”, explicó Iara.

Mientras su padre volvía a la Argentina, ellas se unieron a las vacaciones de su madre, la jueza Sandra Arroyo Salgado, en Europa. Kala narra: “Estábamos en París y me acuerdo de que estábamos las tres en una habitación, en un hotel juntas. Yo me había dormido y de la nada me desperté y estaban mamá y Iara llorando”, en esa época ella tenía 8 años.

A esto Iara contextualiza diciendo que “ese día mi mamá recibió un llamado que decía que mi papá no contestaba a los mensajes. Yo ahí le empecé a escribir un poco desesperada por una respuesta. Le empezamos a escribir a él y a llamarlo. Hasta que bueno, recibimos el llamado que nos comunicaba la noticia. Ahí ya es como que mis recuerdos por ahí no están tan claros”.

Ambas afirman que no necesitan saber que paso con putualidad, Kala, en su niñez, quería terminar el colegio para estudiar abogacía e investigar “lo que paso de verdad”, pero con el tiempo, y ayuda de su madre, concluyo en que “no darle importancia a qué fue lo que pasó, sino a recordar a mi papá de otra manera, con fotos que encuentro o las cosas que guardo de él”.

Por otro lado, Iara dijo: “Yo sé lo que necesito saber, y creo que todo lo demás tiene que ver con seguir con el dolor y la angustia, y que gracias a Dios, este ejemplo que nos dieron siempre nuestros padres, de seguir para adelante y que la vida sigue. Yo creo que también es lo que papá hubiese querido, que sigamos para adelante con nuestras vidas”.

Ya finalizando el reportaje, Kara expresa que “su mayor legado es el nombre. Lo fuerte que es llevar su apellido y que a cualquier lugar que voy me reconozcan y me hablen muy bien sobre él siempre, y me enseñó mucho todo lo que pasó a también luchar por lo que quiero”.

“A mí es un legado de valentía, de un ejemplo, un ejemplo de que hay que seguir, que hay que luchar por lo que uno quiere, luchar por nuestros objetivos. Así que es mucho amor y agradecimiento también”, concluye Iara