El 30 de septiembre de 2020, el mundo de las historietas y la cultura argentina perdió a uno de sus exponentes más queridos: Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido mundialmente como Quino, el creador de la entrañable Mafalda.

A cuatro años de su partida, su obra sigue resonando con fuerza en lectores de todas las edades, manteniendo vigente su legado como uno de los dibujantes y humoristas gráficos más influyentes del siglo XX.

Nacido el 17 de julio de 1932 en Mendoza, Argentina, Quino dejó una marca indeleble en el panorama cultural a nivel global gracias a su aguda mirada crítica y su capacidad para mezclar el humor con profundas reflexiones sobre la condición humana. Aunque es más conocido por Mafalda, Quino fue mucho más que el creador de esta niña rebelde: su vasto trabajo incluye una variedad de historietas, ilustraciones y viñetas que abarcan temas sociales, políticos y filosóficos.

Quino

Mafalda, creada en 1964, es quizás su obra más reconocida. Esta niña preguntona y preocupada por los problemas del mundo fue la voz de una generación que cuestionaba la autoridad, la injusticia y las desigualdades sociales. Con sus reflexiones cargadas de ingenio y humanidad, Mafalda se convirtió en un símbolo del pensamiento crítico y la resistencia pacífica. La serie, publicada hasta 1973, sigue siendo un referente para lectores en todo el mundo.

Sin embargo, más allá de Mafalda, Quino desarrolló una obra gráfica que trascendió las fronteras del humor. A través de viñetas que mostraban situaciones cotidianas y absurdas, abordó temas como la burocracia, la desigualdad, la violencia y las relaciones de poder. Su estilo característico, cargado de ironía y ternura, se destacó por su capacidad de generar una reflexión profunda detrás de cada sonrisa.

El reconocimiento a su obra fue amplio y merecido. A lo largo de su carrera, Quino recibió numerosos premios, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2014, uno de los galardones más prestigiosos de su carrera. Este premio fue un reconocimiento a su capacidad para trascender el lenguaje y las barreras culturales a través de su obra, y para comunicar con humor e inteligencia los problemas del mundo contemporáneo.

El legado de Quino no solo está en los libros de historietas y las exposiciones de arte, sino también en el impacto que su obra ha tenido en la conciencia social. Mafalda sigue siendo una figura relevante en el contexto actual, con frases y viñetas que resuenan en las redes sociales y que son utilizadas para expresar críticas y preocupaciones sobre temas tan vigentes como la crisis climática, la igualdad de género y la justicia social.

A cuatro años de su fallecimiento, Quino es recordado no solo por sus logros artísticos, sino también por su humanidad. Amigo cercano de otros grandes artistas argentinos, como Roberto Fontanarrosa, y admirado por figuras internacionales, Quino fue una persona reservada que, a pesar de su éxito mundial, siempre mantuvo un perfil bajo. Sus seguidores destacan su humildad y su profunda preocupación por los problemas sociales, que se reflejaba en su obra.

En Argentina y en el mundo, el aniversario de la muerte de Quino es un recordatorio de la importancia del humor gráfico como una herramienta para la crítica social y el pensamiento reflexivo. Su capacidad para hacernos reír mientras nos invita a pensar sobre las contradicciones de nuestra sociedad sigue siendo única.

A medida que el tiempo pasa, su obra sigue siendo revalorizada por nuevas generaciones de lectores que encuentran en sus páginas una voz que desafía el conformismo y que nos invita a soñar con un mundo más justo.