El gobierno de Javier Milei logró el quiebre del bloque de UCR, debía lograr 85 votos para mantenerlo y alcanzo los 87.
En el medio del tratamiento el congreso se vio rodeado de jubilados que se enfrentaron a la represión de la policía con el famoso protocolo anti piquetes que impuso Patricia Bullrich.
La oposición no puedo revertir el veto de la nueva movilidad jubilatoria, La votación terminó más holgada a favor de la Casa Rosada de lo que se anticipaba hace apenas dos semanas gracias al cambio de posición de una parte importante del bloque UCR -que había convocado a la sesión- y de Innovación Federal. El resultado final fue 153 a favor, 87 en contra y 8 abstenciones.
La victoria del gobierno ya se venía caer cuando en el día de ayer un grupo de cinco diputados radicales, Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi- se fotografió junto al Presidente en la Casa Rosada, dejando en claro que votarían en contra del proyecto que ellos mismos habían aprobado en junio.
La ley sancionada hace apenas tres semanas en el Senado establecía una actualización por IPC de las jubilaciones más un plus de 8,1% retroactivo a enero. También incluía el pago de las deudas de las cajas previsionales provinciales -13 distritos no transfirieron a Nación-, el desembolso de todos los juicios previsionales con sentencia firme y un aumento anual adicional en marzo según la diferencia entre el índice Ripte y el IPC.
En el debate parlamentario, el bloque Innovación Federal, que representa a provincias como Río Negro, Salta y Misiones, jugó un papel crucial. Aunque en junio habían votado a favor de la nueva fórmula previsional, finalmente decidieron abstenerse. Según Agustín Domingo, representante de Río Negro, la abstención se debió a la certeza de que la nueva ley provocará juicios contra el Estado por no respetar el empalme de las fórmulas previsionales, lo que generará mayores costos a futuro.
El radicalismo, por su parte, también mostró divisiones internas. Rodrigo de Loredo señaló que el Gobierno podría haber vetado parcialmente los artículos de la ley que implicaban mayor gasto fiscal, respetando la recomposición del 8,1% acordada en el Senado. Sin embargo, criticó la postura del Gobierno, que optó por un enfoque de “todo o nada” en la ley, impidiendo cualquier posibilidad de negociación.
De Loredo, aunque señaló las tensiones dentro de su propio bloque, afirmó que la posición oficial de los radicales sería insistir en la aprobación total de la ley, aunque permitieron a sus miembros votar de manera independiente. Esta libertad de acción resultó en una diversidad de posiciones dentro del partido, con algunos votos a favor, en contra, y otros que optaron por la abstención.
En los momentos finales del debate, Germán Martínez, de Unión por la Patria, criticó a los radicales y a los provinciales por lo que consideró una falta de coherencia. Acusó a algunos de cambiar su postura bajo presiones externas o motivaciones políticas, sugiriendo que había habido arreglos de último minuto. Martínez defendió la coherencia de su partido en la lucha por los derechos de los jubilados.
Finalmente, José Luis Espert respondió a las críticas de Martínez y acusó al kirchnerismo de haber debilitado el sistema jubilatorio al incorporar a millones de personas sin aportes, lo que, según él, contribuyó al colapso del sistema. En un discurso enérgico, Espert también se refirió al kirchnerismo como corrupto, aumentando la tensión en el recinto.